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obstrucción mamaria

Obstrucción mamaria: Todo lo que necesitas saber

En ocasiones, las madres lactantes pueden notar al tacto que una zona del pecho está inflamada y dura. Estamos ante una obstrucción mamaria. Las obstrucciones se pueden producir por diversos motivos y en todos los casos causan dolor y molestias, por lo que conviene intervenir para eliminarlos. A continuación, te explicamos qué debes saber para tratar este trastorno adecuadamente.

Un mal drenaje de una zona determinada de la glándula suele ser el causante de esta obstrucción en el pecho. Este mal drenaje se suele producir por un bloqueo o por una presión excesiva sobre la zona: un sujetador de aros, dormir de lado comprimiendo una parte del pecho…
Por otro lado, las obstrucciones de repetición pueden ser síntoma de infección mamaria. Las bacterias que viven dentro de la glándula mamaria y en la leche se pueden multiplicar en la glándula y crear una inflamación en la pared de los conductos. Esto causa un estrechamiento de la luz de los mismos, lo que implica que la leche pueda quedar retenida en algún punto.

Sea cual sea la causa de la obstrucción, la vamos a solucionar de la misma manera:

En primer lugar, hay que poner al bebé a mamar de manera que su barbilla esté dirigida a la zona de la obstrucción. Esto puede implicar que, a veces, haga falta hacer posturas de tetasutra en la cama.

Si el bebé no quiere mamar o se niega a hacerlo, deberíamos realizar una extracción con sacaleches o de manera manual. Si el bebé mama, pero de manera limitada, podemos complementar la extracción del bebé con la del sacaleches o con la extracción manual.
Cuando el bebé mame, podemos realizar un masaje encima del punto obstruido para facilitar su extracción. Masajeamos dibujando un 9: círculos encima de la zona obstruida y una línea recta (la cola del 9) en dirección al pezón.

Entre tomas, aplicamos frío para bajar la inflamación y, justo antes de dar el pecho, aplicamos un poco de calor para facilitar la eyección de la leche.
Daremos prioridad a ese pecho y pondremos al bebé a mamar más veces del pecho afectado. ¡Eso sí, sin olvidar el otro!

Los probióticos que contienen lactobacilus reuteri pueden ayudar a normalizar la flora de la glándula mamaria.

Las obstrucciones suelen durar unas 48-72 horas, tiempo en que la inflamación va fluctuando: después de la extracción, disminuyen de tamaño y, al rato de no amamantar, aumentan.

Si las obstrucciones se producen de manera recurrente, es mejor buscar ayuda para descubrir cuál es la causa.
Cualquier bulto en el pecho que no desaparezca en ese plazo debería ser valorado por una comadrona, asesora o IBCLC, para verificar que no sea un absceso mamario o un galactocele.

En ocasiones, las madres lactantes pueden notar al tacto que una zona del pecho está inflamada y dura. Estamos ante una obstrucción mamaria. Las obstrucciones se pueden producir por diversos motivos y en todos los casos causan dolor y molestias, por lo que conviene intervenir para eliminarlos. A continuación, te explicamos qué debes saber para tratar este trastorno adecuadamente.

Un mal drenaje de una zona determinada de la glándula suele ser el causante de esta obstrucción en el pecho. Este mal drenaje se suele producir por un bloqueo o por una presión excesiva sobre la zona: un sujetador de aros, dormir de lado comprimiendo una parte del pecho…

Por otro lado, las obstrucciones de repetición pueden ser síntoma de infección mamaria. Las bacterias que viven dentro de la glándula mamaria y en la leche se pueden multiplicar en la glándula y crear una inflamación en la pared de los conductos. Esto causa un estrechamiento de la luz de los mismos, lo que implica que la leche pueda quedar retenida en algún punto.

Sea cual sea la causa de la obstrucción mamaria, la vamos a solucionar de la misma manera:

En primer lugar, hay que poner al bebé a mamar de manera que su barbilla esté dirigida a la zona de la obstrucción. Esto puede implicar que, a veces, haga falta hacer posturas de tetasutra en la cama.

Si el bebé no quiere mamar o se niega a hacerlo, deberíamos realizar una extracción con sacaleches o de manera manual. Si el bebé mama, pero de manera limitada, podemos complementar la extracción del bebé con la del sacaleches o con la extracción manual.

Cuando el bebé mame, podemos realizar un masaje encima del punto obstruido para facilitar su extracción. Masajeamos dibujando un 9: círculos encima de la zona obstruida y una línea recta (la cola del 9) en dirección al pezón.

Entre tomas, aplicamos frío para bajar la inflamación y, justo antes de dar el pecho, aplicamos un poco de calor para facilitar la eyección de la leche.
Daremos prioridad a ese pecho y pondremos al bebé a mamar más veces del pecho afectado. ¡Eso sí, sin olvidar el otro!

Los probióticos que contienen lactobacilus reuteri pueden ayudar a normalizar la flora de la glándula mamaria.

La obstrucción mamaria suele durar unas 48-72 horas, tiempo en que la inflamación va fluctuando: después de la extracción, disminuyen de tamaño y, al rato de no amamantar, aumentan.

Si las obstrucciones se producen de manera recurrente, es mejor buscar ayuda para descubrir cuál es la causa.

Cualquier bulto en el pecho que no desaparezca en ese plazo debería ser valorado por una comadrona, asesora o IBCLC, para verificar que no sea un absceso mamario o un galactocele.