Portada » Cómo Combatir la Tristeza Posparto: ¡Tú puedes con Ella!
joven madre preocupada

Cómo Combatir la Tristeza Posparto: ¡Tú puedes con Ella!

La llegada del bebé conlleva una felicidad inconmensurable, pero, a su vez, puede ocasionar ciertas alteraciones en el ánimo de la madre. Normalmente estas alteraciones remiten en dos semanas, a medida que la mujer se va acostumbrando a su nuevo papel de madre. Sin embargo, mientras pasa este tiempo, podemos seguir estas recomendaciones para que la normalidad entre cuanto antes en nuestro hogar.

Ser realista

Hay que bajar el listón y ser conscientes de que no podemos atender todas las tareas del hogar por igual. Hay que fijarse una nueva escala de valores, donde, en primer lugar, debe figurar la atención de nuestro bebé. Las lavadoras, el polvo, los platos… todo eso lo puede solventar otra persona, mientras que, en los primeros días, el cuidado del bebé, en una situación normal, es cosa de mamás con la ayuda, eso sí, del papá.

Saber pedir ayuda

Incluso teniendo cuidado todo el tiempo de nuestro bebé, puede ser que, puntualmente, la madre necesite que otra persona la sustituya para atenderlo. No hay que dudarlo: descansar media hora no repercute negativamente en el bebé.

Invertir unos minutos en cuidar el aspecto

Aunque parezca algo muy superficial, está comprobado que dedicar un tiempo a nuestro aspecto físico conlleva un cambio de imagen que aumenta la autoestima. Una ducha, un cambio de peinado, ropa limpia y algo de maquillaje pueden ser mínimas actuaciones para sentirse mejor.

Realizar actividades placenteras

Aprovechar el tiempo de sueño del bebé para descansar o para hacer aquello que más gusta a la madre: leer, mirar una película o serie de televisión…

Hacer ejercicio

La práctica de ejercicio conlleva una importante liberación de endorfinas, lo que potencia el buen humor de manera natural. Es el momento para apuntarse a clases de gimnasia posparto que incluya, a poder ser, la participación del bebé o que disponga de un servicio de guardería. Si no es posible, los vídeos de gimnasia posparto pueden ser un buen sustitutivo. Un simple paseo empujando el cochecito del bebé o una caminata de media hora, será suficiente para tonificar la musculatura y para segregar endorfinas. En los casos en que cualquier gesto produzca molestias, como en las cesáreas, conviene consultar con la comadrona qué ejercicio se puede practicar.

Comer bien

A menudo, cuando estamos pendientes de los demás, olvidamos nuestra alimentación. Esta situación es muy corriente en el posparto y, precisamente, es un momento en que conviene que la dieta de la madre sea rica en nutrientes y vitaminas para que su organismo se restablezca. Sobre todo, conviene que la ingesta de hierro sea óptima para evitar la anemia y que el calcio sea suficiente para que la lactancia materna no acarree problemas futuros a la madre.

Azúcar

Cuando una madre descuida en el posparto su alimentación, los bajos niveles de azúcar en la sangre causan agotamiento, ya que el cuerpo carece de una buena fuente de energía. Ello también repercute en el estado anímico de la madre, así que si a la madre le apetece tomar un refrigerio saludable o un poco de chocolate o, incluso, puntualmente un dulce, no hay problema. Ahora bien, no hay que abusar de este tipo de alimentación, sobre todo si es procesada, porque estos niveles elevados de azúcar conllevan bajadas rápidas y bruscas.

Reír

No hay que tragarse las lágrimas; si a la madre le apetece llorar, que llore. No obstante, lo mejor sería tomarse las pequeñas desventuras a risa; no pasa nada si el pañal estaba mal puesto y la caquita ha manchado la ropita del bebé y tampoco se acaba el mundo porque a la madre se le manche en la calle la camisa a causa de las típicas pérdidas de leche…

Salir de casa

Conviene, por lo menos, una vez al día. El cambio de escenario y el aire libre van bien a la madre y al bebé. Visitar a la familia o a una amiga con bebés, pasar un rato en el parque y charlar con otras madres puede ser muy gratificante y rompe la monotonía del hogar. Incluso ir al mercado puede ser terapéutico, si evitamos las aglomeraciones de los grandes establecimiento y las colas infinitas.