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Análisis de sangre y de orina durante el embarazo

Es cierto que, en la actualidad, existe una tendencia a medicalizar algunos momentos importantes de la vida de las personas, como es el nacimiento del bebé o el mismo embarazo. Sin embargo, y aunque todos sabemos que estar embarazada no es estar enferma, conviene ponerse en manos de los profesionales para que estos nueve meses transcurran con normalidad y para poder prevenir ciertas anomalías y patologías asociadas al embarazo. En este sentido, los análisis de sangre y de orina resultan de primera necesidad, ya que ofrecen una información básica para que tu médico pueda detectar cualquier problema.

Los controles médicos realizados por parte de tu comadrona o ginecólogo están pensados para que el desarrollo del embarazo se produzca, en la medida de lo posible, de forma adecuada. Los reconocimientos físicos, la valoración de los cambios que vas experimentando tanto tú como el bebé y los análisis de sangre y de orina serán repetidos trimestralmente, a no ser que tu médico considere que es necesario practicar más análisis si desarrollas diabetes gestacional, infección renal o urinaria o preeclampsia.

Tras el primer análisis de sangre o de orina para determinar el embarazo a partir de la presencia de la hormona del embarazo, llamada gonadotropina coriónica humana (GCH), que puede aparecer a partir de los 10 días tras la concepción, la comadrona o el ginecólogo solicitarán un siguiente análisis para valorar más aspectos. En este análisis de sangre se solicita información sobre la existencia de anticuerpos de toxoplasmosis, rubeola, sífilis, VIH y hepatitis, además de la información que se extrae en cualquier análisis de sangre rutinario: el número de glóbulos rojos y glóbulos blancos, así como los niveles de hierro, glucosa, colesterol y transaminasas.

Un análisis de orina revela el nivel de albúmina (proteína que, en elevada cantidad, puede ser síntoma de problema renal o preeclampsia), así como los niveles de glucosa y el número de glóbulos blancos, además de la presencia de determinadas bacterias.