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Desprendimiento prematuro de placenta

En ocasiones, la placenta, el órgano que nutre al bebé durante el embarazo, se separa de la pared del útero, cuando lo normal es que este desprendimiento ocurra inmediatamente después del parto. El desprendimiento de la placenta puede ser completo o parcial y exige una intervención médica de urgencia.

Síntomas

El desprendimiento de placenta suele causar una hemorragia, es decir, un sangrado vaginal. Esta hemorragia será más fuerte cuanto mayor sea la cantidad de placenta que se ha desprendido. Además también produce un dolor abdominal agudo y, en los casos más graves, la contracción en el útero (la embarazada notaría cómo el vientre se le endurece). A veces, el sangrado es inexistente, por lo que la embarazada debe estar atenta si siente otros síntomas o cualquier cambio en los movimientos del bebé.

Causas

No se sabe exactamente qué puede producir un desprendimiento de placenta prematuro. Sin embargo, son distintos trastornos los que acompañan y podrían originar el desprendimiento de placenta: las patologías cardiacas, la diabetes, la hipertensión crónica, el embarazo múltiple, la edad avanzada de la embarazada y el consumo habitual de tabaco, alcohol o cocaína.
Excepcionalmente, un accidente o un traumatismo de la embarazada también pueden motivar el desprendimiento de placenta. Por ello, se recomienda evitar situaciones de peligro para la embarazada y que, en caso de tenerse que desplazar en coche, siempre vaya protegida con el cinturón de seguridad.

Cómo tratar el Desprendimiento de placenta

El desprendimiento de placenta es una complicación grave del embarazo, aunque poco habitual. No obstante, si ya se ha sufrido, existe una probabilidad del 10 % de que, en los siguientes embarazos de la madre, se vuelva a repetir.
Para tratar el desprendimiento de placenta, el tocólogo valorará si es necesario controlar el ritmo cardiaco del bebé, inducir el parto o practicar una cesárea urgente.
Sin embargo, todo dependerá de la cantidad de sangre expulsada; ante un desprendimiento moderado o parcial, la hemorragia puede frenarse con una medicación adecuada y con el reposo absoluto de la embarazada.

Riesgos a tener en cuenta

El desprendimiento prematuro de la placenta causa, en primer término, sufrimiento fetal, por la grave reducción del aporte de nutrientes y de oxígeno que recibe el bebé.
Es, sin duda, una complicación poco frecuente; no obstante, es la primera causa de muerte fetal durante el tercer trimestre del embarazo. Sin embargo, un buen diagnóstico permite controlar al futuro bebé a través de ecografías y monitorización.
Asimismo, el desprendimiento de placenta también puede ocasionar grandes pérdidas de sangre a la embarazada, con lo que ello puede suponer para afrontar el parto y su recuperación.