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nino jugando en sofa

Niños de alta demanda

Muchos de mis colegas psicólogos y la sociedad, en general, utilizan términos dirigidos hacia los niños como «alta demanda», «altas capacidades» o, directamente, catalogan a los niños como «hiperactivos», por poner un ejemplo.

No creo que exista nada de ello. Simplemente, opino que hay individualidad y, como mucho, unas vivencias determinadas. ¿Por qué esa necesidad de etiquetar a los niños? ¿Por qué todos ellos deben ser grises, medios, estándar… y, si se salen de esa gama, son etiquetados?

No creo que haya niños de alta demanda. Lo que innegablemente hay es una sociedad que pide baja demanda a los niños y alta demanda a los padres. Hablo de niños y padres que viven en familias antinaturales, nucleares y patriarcales, cuando deberíamos vivir en tribu, que es para lo que estamos preparados. Evidentemente, una mamá o un papá que está solo en casa con sus hijos, sin ayuda, con la casa que se le viene encima, percibe que sus hijos son de «alta demanda». Esto no ocurriría si se viviera en una comunidad abierta, donde todos cuidasen de los hijos de todos y donde, además, se aprendiera a criar de un modo vivencial, es decir, sin llegar a la maternidad como algo desconocido.

Los niños deben reclamar ser atendidos, de lo contrario, lo que suele sobrevenir es algún problema. Lo que falla es la sociedad. Una sociedad que pide a los padres que trabajen, a la vez que cuidan de sus hijos, sin ayuda de ningún tipo. O si tienen la suerte de no tener que trabajar fuera de casa, esta misma sociedad les pide que cuiden a sus hijos desde un modelo de familia cerrado, sin tener un momento para descansar.

En cuanto a las «altas capacidades», considero que, simplemente, hablamos de diferencias individuales. No veo la necesidad de etiquetar a un niño, entre otras cosas, porque ese niño ya va a estar condicionado por unas expectativas depositadas en él.

En el caso del TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad), creo firmemente que éste no existe. De nuevo, es el sistema el que falla, exigiendo a los niños que pasen horas sentados, atendiendo a algo que les aburre. En realidad, los niños deberían estar aprendiendo de modo vivencial, a través del juego y la exploración, porque si algo tiene que ser un niño es, precisamente, activo.

Además, hemos de tener en cuenta que, desde pequeños, los niños son bombardeados con todo tipo de hiperestimulación en forma de juguetes estridentes y llenos de luces, a través de la televisión o de los videojuegos… De este modo, no podemos pretender que luego se queden quietos sentados en clase. Tampoco puede ser que los mediquemos con derivados de la anfetamina que dañan enormemente su desarrollo cerebral. Medicarles por ser niños en un mundo en el que los niños no tienen cabida es un error que debería hacernos reflexionar.