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comadrona informando a embarazada

La Comadrona en el Parto

La figura de la comadrona como asistente del parto es uno de los oficios más antiguos de la humanidad. En Occidente, la asistencia al parto fue competencia exclusiva de las mujeres hasta el siglo XVIII; los hombres eran llamados para intervenir sólo cuando se complicaba el parto.

Con el tiempo, el oficio de comadrona ha sufrido sus altibajos hasta llegar a profesionalizarse y, hoy en día, en España, todas ellas deben estar diplomadas en enfermería con la especialidad en ginecología y obstetricia. Sus conocimientos abarcan no sólo los temas tocantes al parto, embarazo y posparto, sino también temas como la reproducción, la sexualidad, la anticoncepción y la menopausia e, incluso, el seguimiento del bebé hasta los 28 días de vida.

Como sucedía antiguamente, en la actualidad, la comadrona es la encargada de realizar el seguimiento del embarazo y acompañar en el parto a la embarazada. En un principio, el ginecólogo sólo es necesario para realizar pruebas muy concretas y en embarazos o partos complicados. En la mayoría de los hospitales públicos, la comadrona y el ginecólogo trabajan en colaboración. Otra de las diferencias entre la comadrona y el ginecólogo se basa en la confianza que se llega a establecer entre la comadrona y la paciente embarazada, ya que uno de los intereses de la comadrona es preocuparse por el estado emocional de la embarazada, aconsejándola en todo tipo de temas relacionados con el embarazo o la crianza, como la nutrición o la lactancia, por ejemplo.

En un principio, de cara al parto, la comadrona intenta que éste sea lo más natural posible y está ampliamente preparada para atender a mujeres con un embarazo de bajo riesgo, sin grandes complicaciones, aunque también ha recibido una formación que le permite la asistencia a partos con determinadas situaciones anormales, como los partos de nalgas, en los que siempre utilizan técnicas no invasivas.

La media de partos con cesárea atendidos por comadronas es muy inferior al de partos atendidos por ginecólogos. Esto se debe, sobre todo, al hecho de que las comadronas sólo atienden a mujeres con un embarazo de bajo riesgo, que tienen menos posibilidades de padecer complicaciones en el parto o de tener que recurrir a intervenciones quirúrgicas. Bastantes estudios demuestran que, en el caso de embarazos de bajo riesgo, los embarazos atendidos por comadronas son tan seguros como los atendidos por ginecólogos